Periodo cananeo: del III milenio al siglo XVI a. C.

Los historiadores consideran generalmente que el período cananeo se extiende desde el principio del III milenio a. C. hasta el final del siglo XVI a. C.

Al final del III las poblaciones seminómadas cruzaron el Jordán y penetraron en Canaán, causando el hundimiento de las estructuras socioeconómicas existentes: se destruyeron y abandonaron las ciudades, y la economía volvió a la ganadería. A partir del siglo XIX a. C.comenzó un aumento de los asentamientos permanentes y una disminución del número de tribus, pero permaneciendo aún muy cerca de la organización tribal. Este período durante el cual los desplazamientos entre Asia, desde Mesopotamia, y Egipto eran intensos, corresponde a un momento de agitación interno que sirvió de preludio a la invasión de Egipto por los hicsos (Príncipes de los países extranjeros). Durante este mismo período, las ciudades Cananeas comenzaron a rodearse con murallas. La existencia de la ciudad cananea de Ourousalim(Jerusalén) se certifica en escritos que datan del siglo XXI a. C.


Los ataques e infiltraciones repetidos abrieron a los hicsos el camino hacia la parte oriental del delta del Nilo, donde se instalaron e hicieron de Avaris su capital en el siglo XVI a. C. En esta época, Canaán, parte de un imperio colocado bajo la autoridad de Avaris, alcanzó un nivel de civilización notable: potentes fortificaciones rodeaban las residencias de los reyezuelos cananeos, en guerra permanente unos contra otros y que recurrían a los carros de guerra arrastrados por caballos. Las desigualdades sociales se muestran claramente: Se construían espaciosas residencias que contrastaban con los cuchitriles que sus contemporáneos ocupaban. Las tumbas, cavadas en la roca, eran sepulturas generalmente familiares; armas y joyas de buena calidad acompañaban los restos de los difuntos afortunados. En el ámbito de la cerámica, las formas imitan al metal. Se ve extenderse por la región una alfarería hicsa: negra, pulida e incrustada de pasta de caliza blanca, así como trabajos sobre marfil de gran calidad; también son reputados los cananeos del norte (proto-fenicios) por el tinte en púrpura.